miércoles, 1 de abril de 2015

Albert Rivera: operación ESADE

Resulta indudable el carisma mediático,  la sólida formación retórica y el profundo conocimiento de la política que manifiesta el señor Albert Rivera en todas sus apariciones públicas. Aunque lejos de mis afinidades ideológicas debo convenir – y conmigo también cualquiera que tenga un mínimo de ecuanimidad en su razonamiento analítico- que el jefe de filas de Ciutadans es un animal político como hacía años que no se veía un ejemplar en este país, tan adocenado por pijoapartes de la cosa pública, tremendas mediocridades cultivadas en un protocolario lameculos y besamano del jerarca  de turno, mientras mangonean lo que pueden y guardan silencio en los escaños (porque si abren la boca, la cagan) que ocupan, sistemáticamente, para apretar el botón ordenado desde las más altas instancias, que tampoco son nominables para un premio nobel, precisamente.  
 En ese ámbito de terrible vulgaridad, escasa preparación y aún menor grado de vocación política, donde el retrato robot del político en ejercicio es lo más parecido a un suboficial chusquero de los de toda la vida, el señor Rivera destaca por méritos propios. Unos méritos que le valdrían lo mismo aunque sentara sus posaderas en cualquier cámara política de algún país transpirenaico de los que saben de verdad lo que es la política y la democracia. Porque el señor Rivera, todo hay que decirlo (y reconocerlo con honestidad) tiene forro y hechuras de estadista. De los de antes. De los que merece la pena oir , aunque se habite en las antípodas políticas de su discurso.
 Y vistas desde esa perspectiva, se iluminan de forma bastante clara unas cuantas cosas. La primera de ellas es la escasa química con la dirección de UPyD, en la que Rosa Díez representa –en su vertiente feminoide- al típico sapo político rezumando ponzoña y mala baba,  con un estilo muy militar, vociferante y ninguneante de entender la política. Muy de una vieja guardia que premia a las personas más que a sus méritos, y que descalifica al adversario más que discutir con él, argumentando las ideas.
Rosa Díez, surgida de las trincheras del socialismo guerrero nacido del sector del metal vasco y cuya escuela política fue la calle, la barricada, el piquete y el sindicato, no puede compararse (ni competir) con un personaje que parece hecho a medida para ocupar un espacio de centro con un discurso templado, lógico y muy en una línea que aparenta una superioridad intelectual terrorífica sobre los viejos políticos surgidos de las entrañas de la lucha obrera, por mucho que hayan aprendido a vestirse de seda. Es la confrontación del estilo arrabalero del boxeador zafio contra la elegancia del maestro de artes marciales.
 Porque, a fin de cuentas, Albert Rivera tiene toda la pinta de ser un prototipo de lujo de una nueva clase de político extrañísima por estos lares. Civilizado y nada sectario, pero tremendamente convencido y convincente, se comería con patatas a cualquier candidato oficialista de los que pueden pretender la sucesión al trono del viejo bipartidismo español. Porque el señor Rivera tiene un bagaje extraordinario que le permite postularse como recambio de la vieja derecha heredera del franquismo sociológico. Un recambio impoluto e incontaminado ni por el pasado caudillista ni por este presente teñido de corrupción y mangoneo.
 Así que el señor Albert Rivera, hijo de comerciante catalán de la Barceloneta y de andaluza residente en Cataluña, es el tipo llamado a regenerar el centro derecha español (aunque en verdad, el programa de su partido está muy teñido de variantes de centro izquierda, lo cual ya nos debería alertar sobre las fuerzas o mecanismos impulsores  ocultos de Rivera y su partido hacia el estrellato político).
Las biografías –las de verdad, no esas que muchos políticos adornan con falsos títulos y reconocimientos para darse un empaque del que carecen- suelen ser muy reveladoras. Y el caso de Albert Rivera resulta paradigmático. Rivera es un alumni de ESADE y un antiguo miembro de los Servicios Jurídicos de Caixabank. Por si fuera poco, fue apadrinado por Francesc de Carreras, un peso pesado de la política universitaria catalana e impulsor de una plataforma catalana no nacionalista. Con lo ya expuesto, casi no cabría añadir nada más para entender quien tiene un interés específico en potenciar  a Ciutadans/Ciudadanos en toda España. Y sobre todo, en potenciar a Albert Rivera.
Frente al opusdeista IESE, ortodoxo hasta la rigidez momificadora y de espíritu extraordinariamente conservador, se ha alzado desde siempre ESADE, una organización de los jesuitas, que siempre se han mostrado mucho más pragmáticos, modernos, liberales y digamos “de izquierdas” que sus abiertamente reaccionarios homólogos de IESE. El Opus entronca con la derecha nacional católica más rancia. Los jesuitas están abiertos a una concepción más amplia del mundo. De ahí que un ateo como Rivera sea uno de los hijos predilectos de ESADE, algo impensable si fuera miembro de IESE. De ahí que Rivera sea la respuesta fresca y moderna de ESADE a la convencional derechona mesetaria tan alejada de la derecha liberal internacional.
Lo mismo cabe decir de la influencia de La Caixa en los años iniciales de Rivera. Entrar en los servicios jurídicos de Caixabank no es nada fácil, y requiere de unas cualidades notables y un padrinazgo más que remarcable.  Caixabank siempre ha destacado por su seny específicamente catalán y alejado de locuras y saltos mortales financieros. Al menos, siempre más alejada de la temeridad que el resto del sistema bancario español. Una solidez y robustez que entroncan con cierto carácter netamente catalán y extraordinariamente práctico muy mal comprendido en el resto de la península, por lo general. La pela es la pela y no comparte viaje con aventureros, de modo que el profundo y genuino catalanismo de La Caixa no es nada nacionalista, y mucho menos independentista. Más bien es una plasmación de cierta voluntad de catalanizar España, más que de independizarse de ella. Y Rivera es el epítome de esa forma de pensar y actuar.
 De hecho, Rivera parece surgido de una operación conjunta de ESADE y La Caixa, que son su alma mater y padre y madre putativos. Lejos de haber concebido un engendro, les ha salido un producto perfectamente acabado, finísimo y casi perfecto para lo que suele ser el estándar político español, que en general, y a poca sensibilidad que se tenga, produce pavorosos escalofríos por un motivo u otro. O por todos a la vez.
 Dependerá en gran medida del olfato político del señor Rivera, de su inteligencia negociadora, se su capacidad de encajar bien los reaccionarios ataques de la derecha más inmovilista y de su capacidad adaptativa al complejo entorno sociopolítico español, que Ciutadans/Ciudadanos se postule y se promueva como una auténtica alternativa regeneracionista liberal española, que suponga el carpetazo al modelo nacional católico y mesetario del PP y su sustitución por un partido centrista al uso en otras democracias europeas mucho más consolidadas sin el lastre del legado de una transición política en la que el centro derecha español  acogió muchos de los perversos elementos del anterior régimen autoritario.
 La operación reformista de Miguel Roca, allá a mediados de los ochenta, resultó en un sonoro fracaso. Confiemos en que casi treinta años después, esta nueva acción para ocupar el centro político, esta operación ESADE, sea el revulsivo que necesita la democracia española para ponerse a la altura que merece el país. Los demócratas de verdad, incluso los de ideología opuesta a la que predica el señor Rivera, lo necesitamos.

1 comentario:

  1. siempre se han mostrado mucho más pragmáticos, modernos, liberales y digamos “de izquierdas”???????

    http://www.esade.edu/web/esp/about-esade/today/news/viewelement/142645/1/javier-solana-reivindica-para-europa-el-rol-de-laboratorio-del-gobierno-mundial

    la Compañía de Jesús es una organización militar y terrorista

    La CIA reconoce que la Orden de los Jesuitas es el mas grande Servicio de Inteligencia

    https://www.youtube.com/watch?v=ycTq2afbv84

    There are plenty of reasons to keep a close eye on Herman van Rompuy, the President of the European Council. Early September, Van Rompuy spoke to the 'Interreligious Dialogue' in Florence. The world press did not notice, but fortunately there was still the 'Katholiek Nieuwsblad' from Den Bosch, Rome's last resort in the Netherlands. The newspaper proudly quoted Van Rompuy as announcing: 'We are all Jesuits'. He was referring to those prominent European leaders with whom he is developing the architecture for the future Europe. 'It creates unbreakable ties. So there is a 'Jesuits International''.

    http://www.djeppink.eu/en/blog/we-are-all-jesuits

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